ante la cara de culo del verdulero por mis minúsculas demandas y su mirada juzgadora, no pude más que suplicar su comprensión y empatía (ambas nulas) cuando afirmé:
- soy sola... como poco...
- algo más queré piba?
- sí, champignones. tenés? bandejita o algo así chiquito?
- hay sueltos pero no menos de 100 gramos.
- bueno, gracias, perdón...
odio que me haga sentir mal respecto.
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