resulta que casi 3 años después lo logramos. mis tres amigas de la facu y yo nos fuimos un fin de semana a baradero. teg. tabú. mate. fernet. un fin de semana que prometía descanso y buen comer. y cumplió.
como es de público conocimiento yo soy una prostituta de los perros de la calle. los amo a todos. me gustan chiquitos, rengos, feos, grandes, tuertos, pulgosos, negros, sucios. todos. todos me gustan. el sábado me gusto uno tan lindo. tenía unas orejas enormes. al instante lo supe. era mi nuevo marido. lo apode giorgio (el temita del edipo es mambo que no voy a discutir en este momento).
en fin, giorgio nos siguió por las calles hasta el parque, se adentro con nosotras y nos siguió cuando salimos de él. un par de veces le había gritado pero él no se hizo ni cargo. sin embargo más tarde aparecía. fiel. marido fiel pensé orgullosa. caminamos por la orilla del río un rato largo, queríamos llegar al cristo, punto turístico obligado de baradero.
la cuestión es que mientras los mosquitos se ensañaban con nosotras y evaluábamos si subir cuesta arriba por el pastizal o seguir hasta encontrar una subida un poco más prolija y digna; él se refregaba por los restos fecales de algún caballo. con saña se retorcía por la mierda. casi me pareció que sonreía, aunque los perros no sonríen... eso no fue lo peor. una vez erguido se acercó a la bosta de caballo, abrió su mandíbula e introdujo un sorete al que revoleó cinco segundos más tarde ante mi mirada incrédula.
era realmente necesario este simbolismo exagerado del universo?
a los cinco minutos encontramos la salida y él una rubia y un pedazo de medialuna que fue lo que finalmente nos separó.
* eventualmente subiré la foto de giorgio y de otro perro que dormía sobre la mierda. mucho mambo negro con la caca entre los perros de baradero.
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