sábado, 29 de octubre de 2011

el enemigo moderno

a la famosa definición del hombre como animal racional debe agregársele aquella del hombre (en tanto género) como enemigo moderno. lo que sigue pretende fundamentar este aserto.

si sos minita, tenés entre 26 y 33 años y tenés los huevos al plato de cruzarte con boludo tras boludo, capaz que algo de esto te suena.

resulta que sos copada, sos graciosa, no estás tan mal como podrías estar para tu edad (sobretodo si te comparas con tus compañeras del colegio que están casadas y tienen hijos), te mantenes solita, no necesitas que nadie te pague nada, no pedís casi nada: un pibe gracioso, inteligente, que haya superado el laburo de delivery-boy y que te coja bien. casi nada.

y resulta que es cuasi-imposible de lograr. y de chiquita te dijeron que había que besar mil sapos hasta encontrar el indicado. así que ahí vas vos como una idiota dando chances a cada gil que mama mía!

lo mirás, lo escuchás y te decís a vos misma: está bien, no es exactamente lo que quiero, pero puede andar mientras tanto. Y te dedicás a hacer caridad: con el gordo, con el feo, con el idiota, con el deforme, con ese con el que ni de pedo te dejarías ver en público, con ese al que le faltan 5 para el peso y no termina de ser nunca ni muy gracioso, ni muy inteligente ni muy nada. con esos que sabes que nunca vas a llegar a nada, porque a vos no te interesa y vienen los muy hijosdeputa y te la hacen. en lugar de ser agradecidos, de besar el suelo que pisas, desaparecen. te maltratan, se ponen de novios o embarazan a otras. y ahí te tenes que dar cuenta que no hay que hacer caridad. hay que dejar de darle de comer a esos muertos, manga de resentidos a los que alguna minita (que hoy tiene tu edad y sufre tus mismos males) les rompió el corazón antes de que vos te los cruces (así como vos le rompiste el corazón a alguien, es medio kármico el asunto en definitiva).

porque esa manga de giles ya lloró por una piba, ya les rompieron el corazón y ahora se dedican a ir por la vida cogiéndose minitas, que como vos, hacen caridad con ellos. y vos quedas orsai como una gila. porque lo que no te diste cuenta, cuando pensaste: y bue, dale te doy mi telefóno, no me gustas mucho pero pareces buen pibe. Y acto seguido aceptaste la cita y terminaste garchando (mal o peor o en escasas ocasiones increíblemente bien), lo que en ese momento no supiste ver, es que el chabón te declaró su enemiga personal. después de cogerte (y, en algunas ocasiones, después de muchas veces de cogerte) el chabón dejó de verte como eso que es casi imposible de alcanzar (recordemos que estoy hablando de cuando uno hace -mucha- caridad) para empezar a verte como esa potencial conchuda que lo hizo llorar. y vos, que querías pasar un buen rato, terminas maltratada por giles con los que ni siquiera queres nada en la vida, que te tratan como si sí. como si vos estuvieses enamorada de ellos, como si tuvieras que perseguirlos tipo un especial de áfrica en animal planet… ese hombre te declaró su enemigo, no hay opción más que enfrentar esa enemistad, querida amiga.

así que he aquí lo que propongo, mujeres queridas, propongo un boicot al enemigo moderno. un boicot sexual. en el que nosotras los declaramos a ellos enemigos modernos y los cogemos indistinta e inescrupulosamente. pero tratemos, de ahora en más, no bajar las expectativas, no hacer caridad. no dejar dormir al enemigo moderno en nuestras camas es la clave.

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