martes, 29 de junio de 2010

de torpezas muy mías

hace un par de semanas caminaba apurada a retiro. había salido tarde del trabajo, para variar, y estaba de mal humor. casi llegando a la esquina de paraguay y esmeralda, un fletero me mira, yo me adelanto mentalmente a la guarangada que se acerca, cuando estoy más cerca me pregunta:

- me regalas una sonrisa?

anonada ante lo inesperado no puedo reaccionar. al pasar por su lado, agrega:

- en serio? ni una sonrisa?

me doy vuelta, sonrío nerviosamente y me tropiezo. no caigo de pedo. doblo rápidamente y ruego que no lo haya notado.

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